Autoridades locales y líderes del sector turístico del ‘estado dorado’ marcan distancia y visitan el país para refrendar su amistad con México.
El deterioro de la relación bilateral ante las políticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han despertado la preocupación en California de que los mexicanos —que representan la primera nacionalidad en visitantes— dejen de viajar este estado.
El alcalde de Anaheim, Tom Tait —integrante de la comitiva de autoridades y líderes de la industria turística californiana—, resaltó que más allá del intercambio comercial entre los mexicanos y California, está el fuerte vínculo formado por familias y amigos, mismos que se han visto amenazados la era Trump.
El alcalde de Anaheim, ciudad sede de Disneyland, dijo que la visita de la comitiva californiana es para refrendar a México su amistad. Anaheim —que se precia de ser “la ciudad de la amabilidad”— es sede de Disneyland, por lo que de acuerdo con datos del alcalde recibe alrededor de 20 millones de visitantes al año, pero confió en que al margen de las grandes atracciones, el factor de la gente continuará posicionando a California como destino turístico atractivo.
Las políticas de Trump, en particular las migratorias, han sido percibidas como una amenaza para los mexicanos, lo cual ha despertado recelo para viajar a Estados Unidos, por ello, es importante que la delegación californiana, marque distancia de dichas medidas, señaló el líder del sector turístico de San Diego, Joe Terzi.
“California es muy distinta, siempre hemos sido muy acogedores, el número uno de visitantes extranjeros a California viene de México. Queremos asegurarnos de que quienes piensan venir a California, entiendan que serán bienvenidos con brazos abiertos y los trataremos con respeto y disfrutarán su visita (…) Esto es muy real para California, muy serio e importante. No estamos solo diciendo palabras, lo creemos firmemente, por esto estamos aquí”, aseguró en entrevista.
El titular de la autoridad turística de San Diego admitió que la inmigración “ha sido un problema por muchos años” para Estados Unidos, pero recordó que este “es un país de inmigrantes” y “es buena, pero debe haber cierto control”, aunque rechazó anuncios como la construcción del muro en la frontera común, y que han generado un sentimiento antimexicano.