Los papás debemos poner límites y estar conscientes hasta qué momento se las permitimos y hasta dónde puede ser peligroso para los hijos el uso de equipos tecnológicos.
Tal es el caso de una niña de dos años que tiene una severa miopía debido al uso excesivo del celular.
Sus papás se lo dieron cuando cumplió un año para “mantenerla callada” y que tuviera algo con qué entretenerse. Ahora la pequeña tiene que usar lentes con 9 dioptrías (ya perdió el enfoque en sus ojitos) y simplemente no puede ver sin ellos.
De acuerdo con medios locales de la provincia de Jiangsu, en China, un año después de usar día y noche el celular, sus papás notaron que empezó a fruncir el ceño y a entrecerrar los ojos para observar mejor la pantalla.
Tras una revisión oftalmológica los especialistas confirmaron lo peor, la niña tenía 9D, el resultado de una persona con miopía leve es de -0.5 a 3D.
Liu Li, del Centro de Servicios de Atención Infantil y Materna de Yangzhou, aseguró que este diagnóstico es irreversible y que podría empeorar cuando la pequeña crezca.
La Organización Mudial de la Salud recomieda que los niños menores de un año no sean expuestos a pantallas y monitores. Los menores entre dos y cuatro años, pueden pasar un máximo de una hora al día.
Los pequeños no deben usar mucho tiempo el celular. Hay que evitarlo al máximo.